Clementina, un ‘coworking’ creado con la dedicación de un artesano
El edificio de Utopicus, plataforma de coworking perteneciente a Colonial, ha sido bordado, pintado y decorado a mano, como si se tratara de un precioso objeto hecho a mano. Este proyecto fue ejecutado por OIC Penta a la Villa de Gracia de Barcelona y captura la esencia de un barrio que se caracteriza por el gusto artesanal, ético y sostenible.
El edificio Clementina cumple con todos los requisitos de los espacios de trabajo de Utopicus en Madrid y Barcelona: se encuentra en una de las zonas más céntricas de la ciudad, fue diseñado por una arquitecta de prestigio e integra la última tecnología.
Para favorecer su adecuación al entorno, el edificio conserva la estética del distrito y, según se detalla en la memoria descriptiva del proyecto, «sigue los esquemas empleados para arquitecturas neoclásicas y residenciales de los años 70 en el barrio, y resulta armónico con su presente, pasado y futuro». Su fachada sencilla y racional, de líneas rectas y equilibradas, contrasta con el acabado de los interiores, libres y creativos.
Los detalles cerámicos de este proyecto se planificaron para adecuarse a un barrio que siente predilección por el trabajo artesano. También se optó por aquellas soluciones energéticamente eficientes y respetuosas con el medio ambiente en su fabricación y reciclado.
Precisamente, en este proyecto el rendimiento medioambiental es fundamental. Como recurso para reducir el aire acondicionado, la escala se colocó de forma estratégica para favorecer la ventilación natural. Sobre ella, en la cubierta, se incorporó una chimenea solar que crea una corriente de aire caliente a través de un sistema de energía renovable.
‘Patchwork’ arquitectónico
El coworking Clementina destaca por su particular estilo patchwork, una técnica textil que se caracteriza por la unión de múltiples piezas de ropa de diferentes colores y texturas. Aquí, sin embargo, este estilo se replica de forma sorprendente en superficies menos ligeras como el hormigón, la madera, el aluminio o la cerámica.
El estilo consigue que cada espacio sea único: a la reja metálica de la barandilla se bordaron mandarinas con hojas, hay cestas de mimbre que cuelgan del techo, bolsas de papel que se convierten en lámparas, azulejos que forman espigas y paredes en que se ven ladrillos sin emparejar bajo un revestimiento de formas orgánicas. El edificio, de 339 m2 de superficie útil, se adaptó en la medida de lo posible a la estructura existente, una obra que se paralizó hace aproximadamente 5 años antes de que se construyera en un inmueble de viviendas y que potencia, así, el valor de la rehabilitación en la arquitectura.
El coworking Clementina integra una sala de congresos y de reuniones, aseos, vestíbulo, recepción, cantina, zonas de trabajo y una terraza de 112 m2, un espacio abierto dentro del cual crece un saludable clementinas que da nombre a este coworking único.
