El final de la Casa Oller: la rehabilitación de edificios con estilo modernista

El final de la Casa Oller: la rehabilitación de edificios con estilo modernista

El proyecto de la Casa Oller ha finalizado. Tras meses de arduo trabajo de todo el equipo, la joya modernista construida en el año 1871 por Eduard Fontseré ha sido rehabilitada para convertirse en once viviendas impregnadas de patrimonio arquitectónico. En OIC Penta queremos mostraros nuestro trabajo de rehabilitación de edificios viajando por el icónico inmueble y conociendo sus características.

 

Un repaso de la historia del edificio

La Casa Oller se inspiró en el arte del modernismo catalán, con un diseño y decoración de estilo orgánico y natural. Reformada en 1900 por Pau Salvat i Espada, admirador de Puig i Cadafalchs, la edificación conservó su esencia y mantuvo su estatus de icono modernista en la vibrante Barcelona. El objetivo de nuestro trabajo ha sido la rehabilitación integral del edificio, mezclando la comodidad y el lujo con la elegancia característica de una obra maestra.

La obra modernista destaca por su decoración de gran riqueza. Su arte está compuesto por espléndidas vidrieras de colores, motivos vegetales de hierro forjado, esgrafiados, madera tallada y cerámica decorada. A esto se suma el valor añadido de las técnicas de impresión y serigrafía que se aplicaron en el contexto de la revolución industrial, las cuales aportaron el replicado del arte a gran escala para reproducir los detalles que caracterizan al modernismo.

El proyecto ha sido posible gracias al trabajo de todos los profesionales que han formado parte del equipo, empezando por Octavio Mestre Arquitectos y el arquitecto y diseñador de interiores Carlos Maurette. Nuestro equipo de OIC Penta lo han compuesto la técnica Fabiana Bianchini; el ingeniero de instalaciones David Castro y David Díez como director técnico.

 

La rehabilitación del edificio: la fachada, el patio, el pavimento y las vidrieras

La remodelación de la Casa Oller comienza por recuperar su exterior: la fachada. Una parte crucial del proyecto consistió en restaurar la carpintería exterior, de modo que la empresa Fusta Delgado se encargó de ello reparando los elementos de madera tallada del frente para conservar sus rasgos modernistas.

El esgrafiado del patio principal ha sido otro de los factores clave de la restauración. Esta técnica ornamental arquitectónica se utilizaba para la decoración en el enlucido y el revestimiento de los muros y se caracterizaba por utilizar plantillas con motivos geométricos en sus interiores. Recuperar las figuras y las formas del patio interior del edificio fue una de las tareas más gratificantes para el equipo.

Dentro de sus paredes, la Casa Oller también goza de emblemas modernistas: su pavimento de Nolla es un símbolo de identidad magnífico que tuvo sus orígenes en la Inglaterra del año 1850. Este elemento está formado a partir de pequeñas teselas geométricas de gres cerámico (generalmente de 5x5cm o de 10x10cm) que crean composiciones en forma de mosaico. El equipo tuvo que hacer un trabajo minucioso para restaurar el pavimento, ya que se tuvo que estudiar la superficie y determinar qué piezas que conformaban el mosaico eran recuperables y cuáles no, tratando de conservar al máximo el material original.

Del mismo modo, las vidrieras del edificio destacan por su majestuosidad. La empresa Metaphora Vitralls se encargó de su recuperación gracias a un estudio previo que comparte un planteamiento común en este tipo de intervenciones: al operar en un vitral, sea histórico, de época o de nueva elaboración, los criterios de restauración exigidos están regidos por los mismos principios de restauración aplicados en otros campos y oficios artísticos. Se tuvieron en cuenta aspectos como la deformación de la vidriera, vidrios partidos o ausentes, deterioro en las nervaduras de plomo, ausencia de masilla, rotura de soldaduras o rotura por impacto en el vitral, entre otros.

El final de un proyecto: vivir cómodamente dentro del patrimonio arquitectónico modernista

 

Desde OIC Penta hemos trabajado ambiciosamente para que la Casa Oller conserve todas las características modernistas que la hacen única. No solo eso, hemos querido combinar patrimonio arquitectónico y modernidad actual. El resultado: diez viviendas y un espectacular ático que cuentan con piscinas cubiertas y al aire libre, un gimnasio, una sauna y un SPA.

Nos despedimos con satisfacción de un proyecto que nos ha llevado muchos meses de trabajo. La Casa Oller es un motivo de orgullo que brilla tanto por su arte propio como por su rabiosa actualidad: dos modernismos fusionados en uno solo.