Manel Gallardo: “Ahora, con la nueva grada, disponemos de 765 plazas donde antes no había asientos”
La remodelación del campo de fútbol Sagnier se inició con el objetivo de ofrecer a la afición de la Associació Esportiva del Prat una nueva grada desde la cual animar a su equipo en el lado que da a la calle Frederica Montseny. Desde hace apenas una semana, los socios de este emblemático club ya pueden disfrutar de una zona de asientos totalmente renovada que luce orgullosa los colores blanco y azul del conjunto.
Esta ambiciosa obra forma parte de la primera fase de un plan de actuaciones en el Complex Esportiu Municipal (CEM) Sagnier que abarca la renovación de los dos campos de fútbol actuales, la construcción de otra grada y un nuevo edificio de vestuarios y servicios.
El equipo de OIC Penta que ha llevado a cabo este proyecto está formado por el encargado Jose de la Rubia, el director técnico David Díez y por el jefe de grupo Manel Gallardo, quien nos explica por qué la obra de la nueva grada ha sido un reto singular.
- La nueva grada renueva por completo la percepción del campo. ¿Qué había antes en la zona?
Antes, en la zona encontrábamos las antiguas gradas del Sagnier, que estaban formadas por un módulo de hormigón fabricado in situ, bastante deteriorado. En este contexto, el Ayuntamiento de El Prat nos hizo el encargo de adecuar toda la zona Este del campo y hacer dos gradas, dos núcleos de baño y, además, crear los almacenes para un buen mantenimiento del club, que se sitúan debajo de las gradas y tienen la función de guardar material deportivo y equipo de mantenimiento.
Anteriormente no existían estos almacenes, solo se componían de un módulo de grada simple y tenían cerca de 25-30 años. Ahora, con la nueva grada, disponemos de 765 plazas donde antes no había asientos.
- ¿Cómo se ha trabajado el espacio previamente a la instalación de las gradas?
En primer lugar, se hizo un derribo de las primeras gradas. Después se trabajó todo el terreno: primero se realizó una cimentación por pintado con 63 pilotos donde están fomentados todos los zapatos y los 42 pilares.
- Construir una grada con una capacidad para 765 espectadores no es tarea sencilla. ¿Han surgido retos inesperados durante la planificación y ejecución de esta obra?
Lo cierto es que ha sido una obra muy bien estudiada. La estructura estaba pre-fabricada por Hormipresa en sus instalaciones. Se tomaron exhaustivamente los tamaños de la obra y, una vez firmada por toda la dirección, pasó por producción. Se tardó aproximadamente dos meses en hacer los pilares y todas las gradas. En ese tiempo ejecutamos toda la fase de cimentación.
- ¿Qué fase ha sido la más compleja?
La fase más compleja fue la cimentación, puesto que va en consonancia con lo que se está fabricando paralelamente a la nave de producción. Esto es milimétrico, ya que las medidas proporcionadas son las que deben ejecutarse: no nos podemos pasar ni 3 milímetros, porque entonces todo falla.
La complejidad de esta obra es trabajar paralelamente para que, de este modo, cuando lleguen los módulos y los pilares, todo encaje. Es como un puzle: lo vas montando todo y, si los tamaños establecidos son de 4,50 y tú has hecho 4,53, ya no entrarán. Esto provocaría la modificación de la totalidad de la cimentación. No suele ocurrir, ya que interviene el servicio de topografía y, además, nosotros siempre lo validamos. Este tipo de proyectos se validan mediante el topógrafo por defecto y el topógrafo por parte del productor de la grada.
- Hasta ahora, ¿cuál ha sido el momento más interesante de la obra?
Me gustan mucho las obras de estructura y, personalmente, para mí destaca el momento en el que se realiza el planteamiento para poder cuadrar el proyecto y trabajar todos a una. Lo emocionante es ponerse de acuerdo las tres partes implicadas y, una vez llega el momento de la ejecución, todo el nivel de complejidad que se ha estado trabajando durante meses se haga realidad en 2 semanas.
Imágenes de Kris Moya
